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Casos prácticos

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Es importante para nosotros explicar casos de psicoterapia reales que hemos tenido en SN Psicología. Creemos que es una buena manera de reflejar los motivos de consulta más frecuentes, sentirse identificado en algún caso, ayudarle a encontrar tranquilidad y soluciones para aquello que le sucede. También es una manera de conocer nuestra forma de trabajar.

Eyaculación precoz

Jordi es un chico de 32 años de Reus. Viene a la consulta porqué dice que padece eyaculación precoz ya que tarda muy poco en llegar al orgasmo.

Durante la terapia sexual se identifican cuáles son las causals que pueden haber llevado a Jordi a sufrir esta disfunción. Se ven ciertos patrones de funcionamiento y de pensamiento que favorecen ir muy rápido y dificultan disfrutar plenamente de la relación sexual.

Además, también descubrimos que debido a este problema, Jordi se siente muy inseguro con las mujeres. Desea tener pareja, tener alguien con quien compartir la vida y crear una familia, pero cuando conoce una mujer piensa immediatamente que quedará muy mal durante la relación sexual y vemos que este miedo hace que evite conocer mujeres o intentar establecer un vínculo afectivo romántico.

La terapia con Jordi dura 8 meses. Durante los 4 primeros conseguimos eliminar la eyaculación precoz: este éxito y el trabajo emocional realizado en la consulta refuerza su autoestima. Durante los siguientes meses se siente cómodo y seguro con las mujeres, consigue tener citas con chicas que le gustan y se siente optimista y tranquilo cara a encontrar la pareja de su vida.

Trastorno por dolor asociado a enfermedad médica

Rosa es una chica de 34 años, que vive cerca de Reus. Llega a consulta haciendo una demanda por anorgasmia. Comenta que tiene pareja hace 4 años y no tiene deseo sexual y nunca ha llegado al orgasmo. Según ella en este momento tienen muy pocas relaciones  sexuales. Se llama a la pareja, que viene una visita pero no colabora en el proceso porque no entiende muy bien porqué tiene que ir a un psicólogo.

Paralelamente en el tiempo Rosa empieza a tener dolores muy fuertes en el coxis (coxigodinia) que después de pasar por diferentes profesionales de la medicina (traumatólogos, fisioterapeutas, osteópatas….) y darles medicación para los dolores y masajes, el dolor no remite de ninguna de las maneras, sin que sepan porqué existen esos dolores.

Pide la baja laboral porque no puede trabajar con ese dolor tan intenso. Se encuentra físicamente muy mal y se pasa la mayor parte del día de la cama al sofá. Según ella su pareja no le apoya en nada e incluso le da a entender que exagera y que no cree que el dolor sea para tanto.

Después de 6 o 7 meses de tomar medicamentos para el dolor, Rosa decide dejarlos porque no ve ninguna mejoría.

Mientras tanto, en la terapia, Rosa empieza a cuestionarse su relación de pareja, porqué está con esa persona y si realmente lo quiere para compartir su vida con él. También se cuestiona su trabajo. Al final Rosa llega a la conclusión que no quiere a su pareja lo suficiente y que el trabajo que hace no la satisface. Además tiene ganas de marcharse de aquí ( su familia vive en otra comunidad). Una vez empieza a tener claras las cosas se pone en marcha. Habla con su pareja y le pide la separación. Habla con la empresa y les dice que se va y organiza toda su marcha a su ciudad natal.

Curiosamente cuando Rosa empieza a tomar decisonesy el dolor en el coxis empieza a remitir, llegando en la actualidad a que sólo tiene leves pinchazos algún día puntual.

Rosa se marchó a su ciudad y allí ha tenido alguna relación de pareja con la que no ha tenido ningún problema para llegar al orgasmo.

Todo este proceso duró un año, pero Rosa pudo relacionar su dolor en el coxis y anorgasmia con la situación de bloqueo e insatisfacción emocional que tenía y de la que ni siquiera era consciente.

Baja autoestima

Laura es una chica de Salou de 27 años que llega a consulta, después de pasar por varios profesionales de la psicología. Ya de pequeña la llevaron al psicólogo porque no controlaba la micción en la cama. Hizo un tratamiento y consiguió controlarlo. A los 18 años vuelve a otro profesional porque había problemas familiares. Ella tiene un hermano un año mayor, y siempre ha considerado que los padres han valorado más a su hermano que a ella. Cree que los padres la tratan como una niña pequeña y no tienen en cuenta sus necesidades.

Con 26 años vuelve a otro psicólogo y hace sesiones conjuntas con su pareja en ese momento e intentan trabajar su dependencia a la relación.

Laura se define como celosa, con muchos miedos y poco decidida. En estos momentos continua saliendo con el chico de hace un año pero tienen algunos problemas, porque ella quisiera que estuviera siempre con ella y el le pide su espacio. A sus padres no les gusta el chico en cuestión y le recriminan que no hace nada (Laura trabaja). En su discurso expresa que todo lo que le pasa es culpa de que sus padres no confían en ella.

Las relaciones de pareja que ha iniciado, siempre acaban por dejarla. Ella se enamora muy deprisa y lo da todo, esperando a cambio que estén por ella.
Laura tiene una baja autoestima, con un alto grado de dependencia a las personas. Se siente muy insegura y busca que sus padres y /o su pareja estén por ella. Hay una conducta un poco infantil, expresando que debido a los otros, ella no.

Vaginismo

Carmen y Raul son una pareja de Reus de 32 años. Llevan 10 años de pareja, 2 de ellos casados. Nunca han tenido una relación sexual con penetración. Ella tiene muchos tabúes debido a una religión muy estricta y una familia muy convencional. Quería llegar virgen al matrimonio porque pensaba que si tenia una relación sexual antes, cambiaría algo en ella. Durante el noviazgo hubo tocamientos, besos y caricias. Ella creía que al casarse tener una relación sexual seria fácil, pero después de 2 años de casados, no han podido tener una relación sexual con penetración, porque ella tiene miedo a que le haga daño. Su primera visita ginecóloga fue hace un año porque ella pensaba que si no tenia relaciones sexuales no era necesario visitar al ginecólogo. En sus relaciones apenas lubrica, porque no se relaja, ya que esta pendiente de si podrá haber penetración o no. Tampoco sabe explicar si ha tenido algún orgasmo a lo largo de su vida. No practican el sexo oral porque a ella le da asco.

En estos momentos les gustaría tener un hijo, y Carmen se ha empezado a angustiar porque si no hay penetración difícilmente podrá haber hijos.
Hasta ahora Carmen nunca se había masturbado, y tampoco ha reflexionado sobre que fantasías sexuales tiene ella.

Raúl ha sido a lo largo de estos años muy comprensivo con el tema, y ella no teme en ningún momento que el no la quiera o haya perdido el deseo. Esta segura de que la relación funciona muy bien, excepto en el tema sexual.

Todo esto unido a que Carmen tiene miedos a muchas cosas diferentes, miedo a montar en avión, a la enfermedad, a la muerte, a los bichos, a estar sola,… miedos que le han producido incluso alguna crisis de pánico, que ha remitido temporalmente con antitéticos, pero que han vuelto a resurgir.

Se realizan sesiones conjuntas con la pareja y sesiones individuales con Carmen, que se van alternando durante el proceso terapéutico. A los 5 meses de tratamiento Carmen y Raúl ya tienen relaciones sexuales con penetración y Carmen ya ha tenido orgasmos. Se continua trabajando con ella el tema de los miedos en general.

Transtorno de pánico
Manuel de 34 años es profesor universitario de Altafulla que padece crisis de ansiedad desde hace un año. Un día empezó a tener síntomas de falta de aire, dificultad para respirar, taquicardia, sudores,…y se fue corriendo a urgencias porque creía tener un infarto. Los médicos le dijeron que tenía ansiedad y él se quedó perplejo del poco caso que le hicieron. Le recetaron un ansiolítico y lo enviaron para casa. Las pastillas le suprimieron los síntomas, pero Manuel empezó a escucharse su propio cuerpo de una forma constante. Estaba pendiente de si el corazón se le aceleraba. Dejó de hacer algunas actividades de esfuerzo físico que él estaba acostumbrado a hacer porque le preocupaba que le pasara algo a su corazón . Empezó a tener crisis en diferentes momentos que él no podía predecir, por eso empezó a evitar a ir a sitios que estuvieran alejados de urgencias o de los que fuera difícil salir rápidamente, incluso empezó a distanciarse de su pareja, porque al tener relaciones sexuales con ella notaba que el corazón se le aceleraba y le preocupaba tener un infarto en ese momento. Su vida empezó a limitarse en muchas situaciones. Cuando llega a consulta su vida ha cambiado radicalmente y está muy angustiado porque los médicos no le hacen ningún caso.
Fobia a las agujas
Álvaro es un chico de Reus, que tiene 27 años cuando acude a consulta, porque lleva 10 años sin hacerse un análisis de sangre porque le dan pavor. En estos momentos cree que su tez está algo amarillenta y que es posible que tenga hepatitis ( ha tenido una relación sexual que él considera algo peligrosa y está preocupado por el contagio del SIDA y de la hepatitis), pero es incapaz de hacerse un análisis. Reconoce que es un miedo muy irracional, pero le da pavor ver incluso una jeringuilla. No puede ver películas en las que salgan jeringuillas ni sangre. Acude a consulta porque piensa que tiene que ir al ambulatorio y ya no puede aplazarlo más tiempo.
Problema de pareja

Antonio y Carmen son un matrimonio de Valls, de 32 y 30 años respectivamente. Llevan 8 años casados y tienen 2 hijos de 6 y 3 años de edad. Antes de casarse estuvieron 3 años más de novios. Tienen una empresa familiar en Reus, en la que él hace el trabajo externo y ella lleva la contabilidad. Económicamente no tienen problemas. Acuden a consulta porque Carmen dice que no es feliz, porque su marido no le hace caso, ya no está por ella y ella lleva todo el peso de la casa y los hijos. Antonio viene a consulta porque Carmen se lo ha pedido, pero él no ve ningún problema concreto, porque piensa que ella ya sabe que la quiere y que además llega a casa muy cansado del trabajo y los domingos no tiene ganas de hacer nada, pero que eso es normal y le pasa a todas las parejas. Empezamos a indagar y son una pareja que ya no se demuestra ningún cariño, Antonio es muy despegado y Carmen pide atención que no recibe. Iniciamos una terapia de pareja, pero Antonio no se implica. Su postura es “ya vengo a la psicóloga, qué más quieres que haga?”. Después de una serie de sesiones en las que no se avanza la profesional les vuelve a insistir en que para que la terapia de pareja funcione tienen que implicarse los dos totalmente. Se decide paralizar la terapia durante un tiempo, para que Antonio reflexione si realmente está dispuesto a salvar su matrimonio.

Transtorno sexual: anorgasmia

Carlos y María acuden a consulta porque dicen tener un problema sexual. Son de Reus, los dos tienen 37 años y llevan 10 años de pareja y 7 años de matrimonio. En la actualidad tienen dos hijos de 4 y 2 años.
Cuando se conocieron con 27 años, María no había tenido ninguna relación sexual con ningún hombre. Había estado con una pareja pero sólo habían realizado caricias y besos. Carlos había tenido relaciones sexuales con 3 ó 4 chicas, con las cuáles había disfrutado.
La primera relación sexual fue a los 6-7 meses de noviazgo, un poco porque él tenía muchas ganas, porque ella no se lo había planteado. Las primeras relaciones ella no llegaba al orgasmo, pero pensó que con el tiempo ya llegaría, pero después de 10 años de relación nunca ha tenido un orgasmo. Al principio de la relación podían hacer el amor una vez al mes o al mes y medio. Al casarse y tener su espacio aumentó la frecuencia de las relaciones, pero al poco tiempo empezaron a distanciarse los encuentros sexuales. Sus métodos anticonceptivos han sido el preservativo y la “marcha atrás” porque ella no quiere tomar anticonceptivos, porque cree que son perjudiciales para la salud.
Carlos tiene ganas de tener relaciones fuera de la cama, en otros sitios de la casa y en otras posturas, pero ya no lo pide. El se masturbaba a menudo, pero ahora se preocupa porque ya no le apetece ni siquiera masturbarse. El está muy preocupado porque su mujer nunca ha tenido un orgasmo.
Indagando en la historia clínica vemos que ella tiene inhibición de deseo sexual y anorgasmia. Han utilizado lubricantes y vibradores, porque cuando él eyacula continúan con el vibrador, pero ella sigue sin llegar al orgasmo.

Transtorno de ansiedad generalizada

Ángel es un señor de Torredembarra, de 56 años, casado, con 3 hijas. Su matrimonio no funciona muy bien desde hace años, pero él no se siente capaz de finalizar esa relación. Sus tres hijas viven ya independientes. Su queja inicial al aparecer en consulta es la relación de pareja. Él es muy exigente y quiere que las cosas se hagan a su manera. Se ha preocupado siempre en exceso porque las cosas salgan bien, porque todo esté en orden, porque todo esté perfecto y se hagan de la forma “adecuada”. Su mujer siempre ha estado en casa y al marcharse las hijas, a Reus y Tarragona, ha vuelto a trabajar. Esto Ángel no lo vive bien, porque siente que su mujer ya no se preocupa de él. Siempre está ansioso por todo. En el trabajo, que está consolidado se preocupa por lo que piensen de él y cómo lo ven y en hacerlo todo de la forma “correcta”. Su ansiedad es un estado permanente Constantemente se preocupa de las cosas que podrían pasar si….Su frase más habitual es “y si….”. Cualquier imprevisto, como que se rompa una ventana supone toda una crisis. Tiene dificultades para dormir y mucha tensión muscular acumulada. Además le cuesta reconocer que tiene un problema de ansiedad generalizada porque él ve los peligros como reales. Una vez iniciado el tratamiento empieza a preocuparse porque si cambia dejará de ser él y entonces no sabe quién será.

Transtorno de estrés postraumático II

Álvaro es taxista. Después de 30 años en esta profesión sin haber tenido ningún accidente tuvo uno el verano pasado yendo de Reus a Salou. Se le reventó una rueda en mitad de una curva y el coche dio vueltas de campana envuelto en llamas. Fue rescatado a tiempo y le operaron rápidamente. Todo fue bien, aunque tuvo un tiempo de recuperación. Todo parecía ir bien, y no había señales de que pudiera tener secuelas psicológicas, pero pasados unos meses empezó a tener pesadillas recurrentes sobre el accidente. Más tarde empezó a ver esas imágenes estando despierto. Empezó a evitar cualquier conversación en la que se hablara de un accidente y empezó a tener pánico a subir a un coche y ya no se planteaba volver a conducir de ninguna de las maneras. Se sentía muy angustiado y no sabía qué hacer.

Transtorno de estrés postraumático I

Andrea es una mujer de Valls de 30 años que acude a consulta porque la relación con su marido es inaguantable. Lleva 4 años casada, después de 3 de noviazgo. A los dos meses de casarse empezó a tener conductas agresivas hacia ella verbalmente y físicamente. En una ocasión que le pegó puso una denuncia, pero la retiró por miedo a que él se enfadara más. A partir de esta situación él cada vez la desprecia más verbalmente y de forma habitual la pega. Ella no ha explicado su situación a nadie. Ha ido dejando de tener amigos, porque cada vez que quedaba con alguno de ellos, él se enfadaba y para evitarlo, ha ido distanciando las veces que quedaban, hasta anular incluso las llamadas telefónicas. Inician una terapia de pareja, y parece que la relación mejora, pero esto dura aproximadamente 3 meses y el marido vuelve a su conducta agresiva y ofensora. Ella se queda embarazada y él acrecienta su conducta. En el momento que aparece en consulta ella tiene un bebé de 8 meses y ya no aguanta más la situación, porque ahora tiene miedo que los maltratos recaigan en el bebé. Los síntomas de Andrea son: labilidad emocional ( no controla el llanto, que es diario), baja autoestima, síntomas depresivos, pesadillas, sentimientos de culpa porque cree que el bebé ha roto su matrimonio, hipervigilancia, tensión muy alta, porque cree que él la persigue, ya que la llama y le envía mensajes continuamente. Se la diagnostica de trastorno de estrés postraumático porque hace unos meses tuvo un episodio muy agresivo que ella no puede olvidar, que recuerda constantemente y que le producen todos los síntomas antes citados.
Además de ser una persona con trastorno de estrés postraumático, también es una persona víctima de la violencia doméstica, con síntomas paranoicos debidos a esta situación concreta.

Transtorno obseso compulsivo II

Andrés es un chico de 28 años que trabaja como profesor de primaria en Reus. En la adolescencia empezó a tener pensamientos que a él le resultaban raros , se veía a sí mismo pegando a alguien, si veía un accidente veía a alguien cercano a él teniendo un accidente o a sí mismo haciéndole daño, como clavándole un cuchillo. Al realizar la historia clínica vemos que tiene pensamientos que le invaden de forma constante. Él piensa que son malos y que puede provocar que realmente pase algo y entonces deshace ese pensamiento mentalmente y lo vuelve a reconstruir de forma positiva. Este comportamiento ha ido a más, y en estos momentos invierte mucho tiempo en deshacer los pensamientos negativos que le sobrevienen haciendo cualquier cosa. Ha llegado un punto que “pierde” una cantidad de tiempo muy elevada, que le imposibilita hacer otras cosas. El piensa que son pensamientos absurdos pero le invaden su mente y no sabe cómo evitar tenerlos.

Transtorno obseso compulsivo I

Sandra es una señora de Reus de 40 años que trabaja en un laboratorio químico de Salou. Desde hace un tiempo nota que se ha vuelto más “escrupulosa”. Piensa muchas veces que se puede contaminar y que puede contaminar a otros. Ha empezado a lavarse las manos cada vez con más frecuencia, llegando en estos momentos a los 30 lavados diarios. Es consciente que su cautela va más allá de lo razonable y acude a consulta psicológica porque teme que los demás “puedan notar algo” y puedan pensar que es rara, lo que le impediría ascender en su empresa. Al hacer la historia clínica, descubrimos que esa cautela también se daba en casa, en la que también se lavaba las manos alrededor de 30 veces al día, la ducha duraba entre 30-40 minutos y debía seguir un orden concreto porque si no se lavaba en ese orden pensaba que se podía contaminar. Se veía atrapada en una situación absurda, sabía que no se podía contaminar, pero a la vez, no podía evitar lavarse continuamente.

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